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¿Quién pone a circular los dólares en Venezuela?

El monto de las pensiones en Venezuela es de 3.25 dólares. La inflación en el país suramericano cerró en 2019 en 7.374,4 por ciento , según la Asamblea Nacional.
 
A man counts his Bolivars and Dollars to pay for items at a market in Caracas, Venezuela, Sunday, May 19, 2019. On May 13, Venezuela lifted foreign exchange controls on banks for the first time in 16 years. (AP Photo/Rodrigo Abd)
A man counts his Bolivars and Dollars to pay for items at a market in Caracas, Venezuela, Sunday, May 19, 2019. On May 13, Venezuela lifted foreign exchange controls on banks for the first time in 16 years. (AP Photo/Rodrigo Abd) [ RODRIGO ABD | AP ]
Publicado Ene. 17, 2020

Especial para CENTRO Tampa

La misma versión de una muñeca Barbie, que en cualquier vitrina de Nueva York ronda entre los $ 17,99 o los $ 25,99, en Venezuela se exhibe ufana sobre los $ 85 y $ 100.

Una botella de vino chileno o argentino, que en cualquier tienda de licores de la Gran Manzana, una de las ciudades más caras del mundo, cuesta no más que diez dólares, reposa en el mundo ficticio de los nuevos bodegones, de las principales ciudades del país caribeño en $ 25.

Esta primera mirada, podría parecer simplemente un paneo por una economía con una moneda devaluada y devorada por la hiperinflación que busca oxígeno, en una divisa con valor. Pero no.

De repente, el comercio cambió sus etiquetas, el Bolívar, el fuerte, el soberano y todos los fracasos en materia monetaria dan paso a los billetes verdes, pero como todo en Venezuela, desde el caos y la anarquía, sin emisiones de canje del Banco Central. Nada en apariencia orquestado, todo surge como un escape natural de la economía.

A los meses, la cara más visible de la narcodictadura, Nicolás Maduro, alienta una vez más el desastre y califica la “dolarización”, a lo sumo, como un signo positivo.

El inefable cabecilla del régimen venezolano, manejado desde La Habana, terminó poniendo otro altar al inmenso santuario mundial al crimen organizado, entre otras razones porque no tenía otra alternativa.

La perversión es clara. Ahora, no solo es un territorio que es epicentro latinoamericano de operaciones de distribución de narcóticos, contrabando, consentimiento de grupos terroristas y todas las actividades ilícitas del mundo. También se corona como una puerta franca para operaciones de lavado de dinero, que eventualmente termina resolviendo un problema de circulante de efectivo, por ahora, pero creará otras capas de criminalidad y un mayor colapso para las mayorías.

¿Quién pone esos dólares que circulan ya en las tres cuartas partes de la economía? ¿Los empresarios que están repatriando capitales para seguir operando? ¿Los cuatro millones de venezolanos en el exilio con el sudor de sus remesas? ¿Las bandas criminales trasnacionales ansiosas de legitimar capitales? ¿El círculo de corrupción de las mafias del régimen?... quizás todos a la vez. Pero ¿qué grupo tiene el mayor peso?, los miles de profesionales juntando sus propinas como mesoneros en cualquier lugar del mundo, por citar solo un digno ejemplo, o los saqueadores internos y externos de lo que queda de país.

Al ritmo de la denominada “inflación en dólares”, en un par de meses, hay que preguntarse, cómo podrán afrontarla quienes con muchos sacrificios, en su mayoría con trabajos precarios en el exterior, envían remesas para auxiliar a sus familiares.

Vuelvo al principio de esta nota, que no pretende ocupar el espacio de los analistas económicos, sino es la recopilación y la inquietud de un simple cronista: ¿Dónde rinde más un billete de $ 100, en la Venezuela socialista o en el Imperio capitalista?

Toda la narrativa de los bodegones surtidos de exquisiteces y sus selectos clientes, pretenden construir la imagen ridícula de un país que está mejorando económicamente, cuando en realidad es simplemente la exhibición artificial de la construcción de un estilo de vida, que ni siquiera está asociado con la frivolidad. Prefiero, ahorrarme la definición adecuada.

Al inicio del 2020 ya se empieza a perfilar lo que pasará con la supuesta “dolarización del país”, con una casi inexistente moneda que roza los 70,000 bolívares soberanos por dólar y la aparición en escena de una artificio como la criptomoneda “Petro”. Todo apuntará a más caos.

Fernando Martínez es un periodista venezolano. Para comunicarse con el autor, escriba a: mfernando30@hotmail.com

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