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Alquimia y el poder de la sanación

Raquel Aché comparte su experiencia de restablecerse a través del poder de la mente.
Raquel Aché comparte su experiencia de restablecerse a través del poder de la mente. [ Foto: Cortesía ]
Publicado May 14, 2020

Especial para CENTRO Tampa

¡Amados Hermanos de Luz!

Quiero compartir mi experiencia como alquimista y como humanista de un accidente sufrido.

Transformé el dolor en evolución y recibí respuestas.

¡La gratitud abre las puertas de la plenitud de la vida!

Queridos lectores y amigos les debo el tiempo compartido, años de esparcir el verbo hecho letras en alas sobre el viento.

Les debo aprendizaje, nuestro tiempo no ha sido en vano, es gratificante cuando nos hemos encontrado y recuerdan el nombre Alquimia Espiritual, pues eso es lo que somos alquimistas, y qué alegría saber que lo entienden.

La gratitud es un sentimiento que nos engrandece en todo el sentido de la existencia, aprendemos a convertir una comida en un banquete, nuestra casa en hogar, un extraño en un buen amigo, pues junto a él podemos transferir conocimiento y amor. Y si por algo se aleja, se muda o regresa a casa, lo importante es agradecer por haber pasado por el mismo camino.

Quiero compartirles mi vivencia en estos meses del 2020 como todo ciclo llegó y reafirmó en mí la fe y la espiritualidad en mi profunda búsqueda existencial.

El 4 de febrero mi anciana madre de 98 años alzó vuelo de regreso a casa, luego de una larga despedida. Agradecí a Dios por su existencia y por la mía.

Luego sufrí una caída que me causó fractura del húmero, del brazo izquierdo. Muy dolorosa y de mucho tiempo de recuperación, aún estoy en terapias.

La enseñanza que les comparto: El buen Alquimista. Aprende a tener una mente abierta, a reconocer a los demás, considerar, respetar, pero sobre todo al diario crecimiento existencial.

No importa a quién dar lo mejor de sí, lo importante es cómo, quién no lo aprecie para aprender agrega eso en su saco al hombro.

Aprender que, si estamos bien, podremos hacer sentir bien a otros.

En esta convalecencia dolorosa corporalmente, estuve atenta a la enseñanza que esto me dejaría, sus mensajes y les comparto que lo aprendí. Todo el tiempo estuve conectada a mis células, acariciaba mi hombro y mi cuerpo con amor. Un alado maestro me enseñó a tocar mi hombro y sacar el dolor.

Como alquimista les comparto que es una creencia esotérica vinculada a la transmutación. Trasmuté el dolor en alivio, el cansancio en creatividad. Aprendí qué proceso Alquímico estaba atravesando porque los alquimistas aprendemos sobre el origen de las circunstancias y obramos.

"Nada externo a nosotros puede salvarnos, esto lo entenderemos al tiempo que entendamos que nada externo a nosotros puede dañarnos"

¡Los Alquimistas trasmutamos!

Gracias CENTRO Tampa, ese gran equipo, Gracias Myriam Silva-Warren.

Para escribirle a nuestra columnista: alquimiaesp1@hotmail.com

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